¿Tienes un talento o una idea de negocio que no deja de rondarte la cabeza pero no sabes si realmente puede ser rentable? ¿Temes invertir demasiado dinero en un negocio no viable? Si la respuesta a estas preguntas es sí, entonces este post es para ti.

El emprendimiento, en contra de lo que mucha gente cree, no consiste en lanzar una idea de aire y apostar a muerte por ella; sino en realizar los análisis adecuados para saber si puede ser rentable emprender un negocio.

El análisis crítico y sincero del potencial de nuestra idea de negocio nos puede dar una idea sobre si va a ser rentable, mucho antes de lanzarnos a crear nuestra propia empresa. En este post, veremos algunas métricas que podemos utilizar para saber si nuestra idea es rentable sin empezar a invertir en ella.

El análisis DAFO

Cuando nos lanzamos al emprendimiento, una de las primeras cosas que debemos hacer con nuestra idea emprendedora es someterla a un análisis DAFO. Estas son las siglas de Debilidades, Amenazas, Fortalezas y Oportunidades.

Este tipo de análisis es uno de los más utilizados en el mundo empresarial y nos aporta información completa sobre el potencial de nuestro negocio. Así, veremos que consiste en un diagrama con dos ejes y cuatro cuadrantes donde anotaremos los distintos aspectos que nos podemos encontrar:

• En Debilidades podremos detectar las características internas que pueden ser negativas para poner en marcha nuestro negocio. Aspectos tales como la falta de inversión suficiente, la necesidad de contratar gente, la falta de experiencia… Pueden dañar nuestro negocio desde el principio.
• En Amenazas, enumeraremos los aspectos negativos externos a nuestro negocio que pueden amenazarnos: características sociales, momento económico, condicionantes legales… etc.
• En Fortalezas podremos enumerar aquellas características de nuestra idea que sean diferenciales para que la gente escoja nuestro producto o servicio: tipo de producto, calidad, innovación, Atención al Cliente etc.
• Por último, en el apartado de Oportunidades enumeraremos aquellas características de la sociedad en la que vamos a abrir nuestra empresa que nos pueden resultar beneficiosas: modas, necesidades sociales, receptividad del público objetivo… etc.

Así pues, mediante el análisis DAFO podremos ser capaces de hacernos una idea general y a vista de pájaro de las aspectos positivos que tendría abrir nuestro negocio; así como de los problemas y condicionantes que podemos sufrir.

Realizar un canvas de modelo de negocio

Realizar un canvas de modelo de negocio consiste básicamente en esquematizar en apenas una hoja los aspectos más importantes de nuestro modelo de negocio. Según muchos expertos emprendedores, el canvas de modelo de negocio es una herramienta para reflexionar y darnos cuenta de nuestros puntos débiles así como para abrir nuevos caminos.

En esta hoja podremos reflejar las propuestas de valor, en los segmentos de clientes a los que nos queremos dirigir nuestras fuentes de ingresos y por supuesto nuestros costes. Así, de un vistazo, podremos ser conscientes de los puntos clave de nuestro negocio y actuar en consecuencia si detectamos alguna debilidad.

Plan de empresa: refleja negro sobre blanco tus ideas

De verdad queremos probar que nuestra idea emprendedora va a ser rentable, lo mejor que podemos hacer es realizar un plan de empresa. Aunque en las empresas grandes estos planes tardan años en desarrollarse y son extremadamente complejos, tampoco debemos obsesionarnos.

Con trazar en unos pocos meses un plan de empresa sencillo pero preciso, podremos ser conscientes de si nuestro negocio es realmente una idea qué nos puede aportar mucho dinero o si es algo que ya se ofrece en el mercado.

El plan de empresa incluye en sí mismo los puntos anteriores de análisis DAFO y canvas de modelo de negocio, al que podemos añadir:

• Resumen ejecutivo (Executive Summary): este ha sido descrito como una de las partes más importantes de un plan de negocios. En él, se refleja de manera concisa en un documento relativamente corto nuestra idea de negocio y sus fortalezas; con el objetivo de atraer inversores.
• Estudio de mercado: es una de las herramientas más clásicas y útiles en gestión de negocios. El estudio del mercado no es más que un análisis exhaustivo de las características del mercado y los clientes que pueden acceder a nuestro producto o servicio. Describe las propuestas que ya hay sobre la mesa, en qué se diferencia la nuestra de las demás, las características de edad, sexo o el nivel socioeconómico de nuestro segmento de clientes.
• Plan de operaciones: en esta parte del plan de empresa, se reflejan todas aquellas operaciones que serán necesarias para desarrollar nuestra labor. Desde las compras de material, hasta el desarrollo de la tecnología que usaremos, pasando por supuesto por los recursos humanos necesarios.

• Plan económico- financiero. Esta puede resultar una de las partes más complejas. Aquí reflejaremos todas las fuentes de ingresos de nuestros planes así como los costes fijos y los posibles gastos. Además, podemos reflejar qué posible o probable financiación podremos disfrutar (inversiones, subvenciones… etc.).

Métodos innovadores

Aunque te hemos explicado las herramientas más clásicas para conocer si tu idea es rentable recientemente la tecnología ha avanzado y han surgido nuevas metodologías para conocer esto mismo.

Una de ellas es Design thinking. Se trata de un método para generar ideas innovadoras que centra su eficacia en entender y dar solución a las necesidades reales de los usuarios. Los creadores lo definen como el punto medio entre los verdaderos deseos de los clientes y lo que es tecnológicamente factible. Se trata de una metodología completa con varios pasos donde la psicología humana tiene un enorme peso.

Como hemos podido ver en este artículo, existen varias maneras de probar nuestra idea de negocio sin haber invertido un solo céntimo. Algunas son más sencillas, como el canvas, y otras tan complejas como un plan completo de empresa.

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