La historia del activismo político está llena de lecciones que siguen siendo relevantes hoy. Un ejemplo es la Cadena Báltica, una movilización pacífica en 1989 que unió a millones de personas en Estonia, Letonia y Lituania para reclamar su independencia de la Unión Soviética. Este evento, además de marcar un hito histórico, invita a reflexionar sobre cómo las formas de protesta han evolucionado con el tiempo y cómo las nuevas tecnologías permiten una participación social más amplia.

La Cadena Báltica: una lección de unidad y valor

La Cadena Báltica fue una demostración del poder de la unión pacífica. Personas de todas las edades y contextos se tomaron de las manos para formar una cadena humana de 600 kilómetros. Este gesto de valentía y esperanza fue clave para que las tres naciones bálticas lograran su independencia poco después. Y sobre este hito histórico vamos a hablar en la nueva sesión de Canal Sénior.

Recuerda que para formar parte de la sesión solo tienes que hacer clic en el botón verde donde se puede leer “inscríbete en la actividad”.

Activismo en la era digital: nuevos retos y oportunidades

Hoy, la tecnología permite organizar protestas desde un teléfono móvil, dando lugar a lo que conocemos como ciberpolítica. Movimientos globales como los relacionados con el medio ambiente o los derechos humanos se apoyan en las redes sociales para ganar visibilidad y apoyo. Sin embargo, esta nueva forma de activismo enfrenta retos, como la propagación de noticias falsas o la falta de seguridad en internet. Recordar eventos como la Cadena Báltica es esencial para aprender del pasado y aplicarlo a los desafíos actuales, manteniendo un enfoque ético y consciente en la era digital.

Ponentes:

• Celso Cancela Outeda, Universidad de Vigo.
• Bruno González Cacheda, Universidad de Vigo.

La actividad es organizada por:

Comprometidos con la Agenda 2030