,Aunque sus efectos son a escala planetaria, el cambio climático va a tener un impacto prolongado y severo sobre nuestro país. Así lo concluyen decenas de informes y artículos científicos, donde dibujan una España más cálida y seca, con dificultades para abastecerse de agua y con multitud de relevantes impactos sobre la flora, la fauna y los ecosistemas de nuestro país.
Estas amenazas e impactos nos obligan a tomar acciones decididas en el menor tiempo posible para mitigar y adaptarse a estos cambios, que en muchos casos ya son inevitables. En este post, te detallaremos algunos de los posibles efectos del cambio climático a medio y largo plazo en España, así como las consecuencias que estos cambios traerán sobre nuestras vidas.
Desde la revolución industrial, las emisiones humanas de gases de efecto invernadero y el consumo de recursos a escala masiva han provocado cambios sin precedentes en la estructura y funcionamiento de nuestro planeta.
Según la mayoría de los estudios, la temperatura media del planeta ha aumentado a algo más de 1º C desde finales del siglo XIX. Este calentamiento se ha acelerado a partir de 1975, y hoy en día se puede hablar de que de los 25 años más cálidos de la historia desde que hay registro, 24 han sido desde los 90.
Este calentamiento global tiene múltiples efectos sobre los sistemas climáticos terrestres, provocando entre otras cosas un aumento de los eventos climáticos extremos (sequías, precipitaciones torrenciales, olas de frío y calor extremo, etc) además, como probablemente hayas oído, el derretimiento de los casquetes polares altera enormemente la circulación de los océanos afectando enormemente a escala global.
Un cambio tan rápido en las condiciones climáticas provoca que los seres vivos de nuestro planeta apenas tengan tiempo para adaptarse a estos cambios. Es por ello que vemos eventos de extinción como no se habían visto en miles de años.
Por qué el cambio climático afecta tanto en nuestro país
Si bien, como hemos comentado, todos estos efectos pueden verse a escala global, lo cierto es que la afectación del cambio climático varía enormemente entre las regiones del planeta. Los científicos consideran que la cuenca mediterránea es una zona de especial vulnerabilidad.
El mediterráneo es zona de frontera: ni muy lluvioso ni desértico, con temperaturas que pueden ser altas y donde la sequía es parte de las características del clima. Además, nuestra cercanía al continente africano nos hace vulnerables a la presencia de especies exóticas invasoras.
La sequía es un problema en aumento
Las abundantes lluvias que han regado buena parte de España durante las últimas semanas han supuesto todo un alivio para los embalses y pozos de nuestro país tras un invierno especialmente seco y cálido.
El nuestro es un país donde la lluvia ha sido históricamente motivo de conflicto y un bien relativamente escaso según regiones. Es por ello por lo que la sequía es uno de los riesgos más relevantes para España.
Según los expertos, en España veremos reducidas las lluvias entre un 5 y un 20 por ciento. Esto, unido a la dependencia del agua de una agricultura intensiva que sigue siendo muy relevante económicamente en amplias zonas del país dibujan un panorama poco alentador.
Así pues, numerosos expertos opinan que se debería llevar a cabo una transición hacia un modelo agrícola más eficiente en el uso del agua y que no dependa de trasvases y otras soluciones que ayuden a enmendar el déficit hídrico.
Aun así, la sequía cada vez afecta a más lugares, incluso aquellos que no solían verse afectados por la escasez como partes de Galicia y Castilla y León. Las cuencas hidrográficas del noroeste peninsular se encuentran en ocasiones en torno al 40% de su capacidad, cuando históricamente han estado llenas.
Las lluvias torrenciales crecerán
En los últimos años en España hemos asistido a gravísimas inundaciones provocadas por eventos extremos de precipitación con cuantiosos daños materiales. El aumento en la frecuencia e intensidad de las lluvias torrenciales en España no es ninguna casualidad.
Las razones hay que buscarlas en un mar Mediterráneo más cálido de lo normal, del cual se evapora más agua de lluvia provocando estos eventos torrenciales. Para poder adaptarnos a ellos es importante una buena ordenación del territorio que minimice los daños a construcciones.
La desertificación
Según el Ministerio para la Transición Ecológica, casi tres cuartas partes del suelo español está en proceso de desertización, si bien este proceso es desigual. Andalucía, Extremadura, Castilla-La Mancha y el Levante presentan un grave riesgo de desertificación, lo cual afectará enormemente a las actividades agropecuarias y ecosistemas de estas regiones.
La pérdida de suelo fértil es un proceso difícilmente reversible que afecta enormemente los procesos de los ecosistemas y, por supuesto, a la agricultura. En un contexto de inseguridad alimentaria, la pérdida de rendimientos de las cosechas es un grave problema. De hecho, en todo el mundo se han visto bajadas de producción de hasta el 5 por cierto en los tres cultivos principales (maíz, trigo y arroz)”, afirma el informe del Panel Internacional sobre el Cambio Climático. En la región mediterránea se esperan reducciones de hasta 17 por ciento de productividad en los peores escenarios.
Especies exóticas invasoras
Una de las consecuencias más preocupantes del cambio climático es la migración de especies exóticas debido a las nuevas condiciones ambientales. Estas especies se adaptan a las nuevas condiciones con rapidez, desplazando a las especies nativas y causando graves desequilibrios en los ecosistemas locales.
Un ejemplo es el mejillón cebra, procedente del mar Negro que ha colonizado el Ebro y las cuencas del Júcar y el Guadalquivir. Su rápida adaptación ha modificado las características de las aguas, provocando graves consecuencias sobre los ríos y lagos.
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